Hace años que el IoT, Internet of Things o en español, el Internet de las cosas, forma parte de nuestra vida, desde en aplicaciones industriales hasta en objetos cotidianos como los wearables que llevamos habitualmente o las aplicaciones que nos permiten encender la calefacción o bajar las persianas de nuestro hogar a distancia.
Como IoT se describe la conexión de dispositivos (de cualquier tipo) a Internet mediante software integrado y sensores para comunicarse, recopilar e intercambiar datos entre sí. Por ejemplo, cuando en tu móvil recibes una notificación de la alarma de tu casa avisando de una intrusión. O cuando tu robot aspirador graba imágenes de tu casa para “aprender” a funcionar mejor. También se aplica en sectores industriales e incluso en el urbanismo de las Smart Cities.
Esto es muy cómodo y útil pero indudablemente supone una brecha de seguridad ya que los datos que recopilan los dispositivos conectados pueden suponer un goloso botín para los hackers. De hecho, en 2017 la FDA tuvo que retirar del mercado unos marcapasos conectados ya que se descubrieron lagunas de seguridad que podrían permitir a los hackers manipular los dispositivos médicos una vez implantados en los pacientes.
En resumen, el principal problema de la implantación del IoT y que ha generado desconfianza respecto a su uso, es la privacidad y la seguridad de los datos que se transmiten de una red a otra.
Los sistemas IoT tradicionales están basados en una arquitectura centralizada y cada vez hay más dispositivos conectados, así que cada vez es más difícil comprobar todas las microtransacciones que se hacen entre dispositivos y sería muy caro tener que implicar a un tercero para autenticar estas transacciones de datos.
Pero si unimos IoT y Blockchain, estos problemas desaparecen, ya que es una red distribuida donde los participantes (cada uno de las unidades de la cadena de bloques) son los responsables de la validación y registro de las transacciones.
Algunos de los beneficios que obtenemos al unir blockchain e IoT son:
Garantía de autenticidad de los datos:
La tecnlogía blockchain permite detectar con precisión manipulaciones de datos y por lo tanto localizar fugas de datos.
Localización de errores:
En procesos en los que intervienen muchos dispositivos puede ser difícil detectar dónde se ha producido un fallo, con blockchain, como cada punto final del IoT tiene una clave distinta, se podrían localizar de forma sencilla.
Automatización más rápida:
El uso de Smart contracts permite autorizar respuestas automáticas a través de la red, mejorando la velocidad de la automatización que de por sí nos garantiza el IoT.
Más seguridad:
Da igual los métodos de conectividad que se utilicen, la descentralización del blockchain se lo pone mucho más difícil a los hackers, a los que no les basta con atacar un único servidor.
En resumen podemos afirmar que la unión de IoT y blockchain garantiza mayor confianza seguridad y privacidad en los procesos. Y una mayor seguridad y confianza entre las partes hace que los costes sean menores y las relaciones entre empresas o particulares y empresas sean mucho más fluidas.
Algunas aplicaciones de Blockchain e IoT:
Entidades financieras:
Algunos bancos están introduciendo blockchain en plataformas, dispositivos y aplicaciones IoT para mejora la capacidad de compartir datos de forma segura.
Logística:
Este sector, sobre todo si hablamos de logística internacional, es uno de los más beneficiados de esta integración. Su modelo de negocio implica a muchos actores, papeleos, pagos y trámites en países distintos. Muchas empresas están trabajando para poder rastrear de forma eficaz y segura el proceso. La aplicación de los Smart contracts en este sector agilizaría también enormemente todo el proceso.
Hogares conectados:
La aplicación de blockchain en los hogares conectados, mejoraría de forma exponencial la seguridad de los datos que se almacenan y con ello la eficacia de los sistemas de seguridad o control basados en datos sensibles como el reconocimiento facial o por voz.
La industria farmaceútica:
Mejora de la trazabilidad del producto para evitar falsificaciones.
Agricultura:
El control de los procesos para mejorar la cadena de suministros, la seguridad alimentaria y la optimización de recursos.
Realmente, el uso ambas tecnologías supondrá un avance en todos los sectores y podríamos poner muchos más ejemplos. Por eso os invitamos a escuchar a los expertos que os hablarán de esto y mucho más en Metamonzón el próximo día 4 de marzo.